miércoles, 8 de julio de 2009

De como coger moreno y un resfriado al mismo tiempo

Seguimos en San Francisco, tierra del surf, el buen tiempo... y los coj****s. Vamos, que lo del buen tiempo se lo dejaron por allá por Los Ángeles... En realidad, a partir de unos 30 kms. alrededor de la bella y entretenida San Francisco empieza a caer 'la caló' de verdad, de los 110 Farenheit, también conocidos como 40 gradacos de la muerte. Mientras tanto, en el microclima de la bahía de SF, la vida sigue, por lo que seguimos despertándonos a las 6:30 de la mañanaza.

Bueno, el día 4 de julio - como obviamente, todos ustedes saben - , Día de la Independencia de los EEUU, aquí se lía una muy parda. Pero aquí, ciudad de rogelios y rojeríos variados y para todos los gustos, es un día bastante tranquilito. Es un poco como España, creo yo, en un día festivo: te despiertas tarde, te tocas un poco las narices durante el día, y sales por la noche a darlo todo. Aunque con fuegos artificiales los-más-mejores-del-mundo-mundial, ¡cómo no! En fin, buen paseo a las Fallas le pegaba a más de uno...

Así que nada, el Sr. Jota & myself nos fuimos a hacer la gran actividad del turismo. A primera hora quedé con Cris, lo cual hace siempre curioso ver a algún humano emplazado normalmente en nuestra querida Madroñolandia por estas tierras. Después de unos pequeños problemas técnicos - llaménlo así - se pasaron por el barrio a recogerme con el coche - de una compañera de trabajo - y nos fuimos a dar un paseo-express. AT&T Stadium (Fenway Park mucho mejor, y los Red Sox aplastan a estos fijo), Embarcadero, Pier 39, Coit Tower (impresionantes vistas, digo), callejear, Lombard Street & barrio adyacente, Presidio, Golden Gate y vuelta a la zona de Lombard, donde ya me despedí de tan agradable compañía y me fui solo. Fue un paseo de esos raros... Bueno, estaba el Fillmore Jazz Festival - en la calle Fillmore - y pensé que habría un ambientillo bohemio y agradable, a la par que gafapastas. Pero resulta - oh dios mío - que estamos en EEUU, y en una distancia de unos 15 bloques (lo que se traduce en 'un casho'), había sólo 3 conciertos muy, pero que muy petados, y una marea humana entre puestos de mercadillo de precios abusivos bebiendo cerveza a precios abusivos. Así que nada, me atavesé el Festi... mercadillo, pateé, subí cuestas, bajé cuestas... hasta que no pude con mi alma y me metí en una cafetería a disfrutar de un cafecito en un sofá con uno de mis libros recién comprados (una biografía de Dylan de hace la torta de años, por si alguno tiene curiosidad).

Foto de uno de los 3 macro-escenarios del festival.
Yo estaba casi al fondo de lo dispuesto para los espectadores del concierto,
así que da idea de la importancia del Jazz para esta gente...


Y aquí empieza lo interesante: la noche del 4 de julio. Después de un buen rato de subir cuestas y más cuestas - como no - llegué a la casa del Sr. Editor del San Francisco Chronicle (a que molo :-P), gracias a la invitación de Noha. Fiesta yanki, con todo lo que eso implica: gente hablando inglés raruno, conversaciones que son... rarunas, gente diversa, una modelo (no es coña), etc. Así que nada, a beber cervecitas, charlar con la gente, esneñarles cómo es el tabaco de liar (tampoco es coña), ver los fuegos artificiales, y marchar prontito a destinos más tardíos. En un largo peregrinar llegamos a nuestro destino, en la zona de Mission, pero la policía acababa de llegar también. Ergo, hicimos 'la madrileña', la de 1 hora en la p*** calle decidiendo que hacer, llamando a gente, hasta que algo salió y nos pusimos en marcha.

Destino: The Fabric House. Tiene nombre de bar, ¿verdad? Pues no, señores, no es un bar, es una casa. Una casa en mi zona, más concretamente. Nada más entrar a la casa había una escalera llena de monopatines, ropa y patinetes; llegabas a la planta superior, me meto hacia donde había música... y había una banda tocando. De verdad, con su batería, su bajo y su guitarra eléctrica. Y sus amplificadores y todo. Y mis zapatillas se quedaban misteriosamente adheridas al suelo. Hacia la cocina estaba lo de siempre: gente por el pasillo, alguien fregando un cubata desparramao en el suelo de la cocina... y una pedazo de terraza espectacular. Los grupos eran Nisupa Dre, Qui Ensabe, Loso tros. Sólo me quedé con un nombre, pero ni les vi ni nada (estuve hablando con la que toca el órgano): Larry & The Agriest Generation (la grabación es lamentable, pero bueno, lo del tema rock n' roll me da esperanzas). Parece ser - según las mismas fuentes - que lo de los conciertos en las casas es algo bastante común en San Francisco. También me confirmo que ahí vive gente, paga el alquiler y demás (yo hasta ese momento pensé que era una okupa). En fin, una noche completita, con ambientes bastante diversos, y bastante divertida por momentos. Prometo llevar la cámara la próxima vez que salga por aquí, porque merece la pena el ambiente y el frikerío.

Y había una tipa bailando con una llave inglesa bastante grande en la mano. Sólo digo eso. Ah, sí, sí digo: cada cual era más trendy que el de al lado en The Fabric House.

El domingo... nada destacable, la verdad... Vuelta por el centro y pa' casa a poner la lavadora. Y poco más.

Ya ayer, vuelta a los horarios infernales de las 6:30 y - casualmente - a los fríos polares que azotan esta zona a primera hora. Fue la verdad un día muy tranquilito, con mis niveles de actividad entre 8 y 11 de la mañana (cuando los chavales están en clase) acercándose peligrosamente a mis niveles de actividad entre 8 y 11 de la mañana de un domingo en Madrid. Apoteósico, vamos. Ya por la tarde fuimos a nuestra visita planeada, hasta Lombard Street en el 'cable car'.

Decir que el tranvía por cable o como se quiera llamar no es el único tranvía en activo en San Francisco, ya que la red de transportes consta de: BART (metro, con trenes de metro de verdad, aunque algunos con moqueta), MUNI (tranvía, aunque a veces hace recorrido del metro, y tiene trenes 'modernos' y otros de los años 50 o así), streetcar (tranvía años 40, sobre todo para turistas, pero que se puede usar tranquilamente), cable car (el tranvía que todos conocemos, que lo lleva un cable, cuya maquinaria está al lado de Chinatown, en el Museo del cablecar), y autobuses (estilo 1990, que puede tardar 1 hora del centro al barrio - el 14 - o 20 minutos - el 14 X). El mapa de transportes es un tanto jaleo, pero hay que reconocer que tienen la ciudad bien cubierta. ¡¡¡Y tienen buhos!!!

Después de esta - impresionante - disgresión, eso, llegamos a Lombard Street, hicimos las fotos de rigor, tuvimos el momento de '¿a que no hay huevos a bajar la cuesta y luego subirla corriendo?' (hubo una que subió una manzana entera de una pendiente impresionante corriendo. ¡¡¡Bravo por ella!!!), y nos fuimos a ver los alrededores. Entre otras cosas, vimos un mural de Diego Rivera en una de las instalaciones de la San Francisco Academy of Arts, en Chesnut Street, donde disfrutamos de un rato de sol - sin viento - y de unas vistas espectaculares de la ciudad.


Hoy, por desgracia, mis niveles de actividad entre 8 y 10 han tenido que ascender hasta llegar al nivel de mis niveles de actividad entre 8:30 y 10:15 entre semana antes de llegar a la biblioteca: no dormido, pero casi, y desplazándome por el espacio. La excursión de hoy ha consistido en patear el barrio de Mission, lugar donde se estabeció allá por 1776 una misión española que llamaron 'San Francisco de Asís' y que fue el origen de esta ciudad. Como cosa curiosa, decir que por lo visto, enfrente de la misión establecieron una especie de plaza de toros, donde hacías unas corridas espectaculares: metían a un toro... y a un oso, y a matarse. Y a veces, los cachondos de
los colonizadores, emborrachaban a un nativo y lo echaban también al 'ruedo'. Para comprobar quien sobrevivía... En fin, que agradable que es tó a veces!

El barrio de Mission es lugar de alta concentración de población Latina (según la Wikipedia, más o menos un 50 % de los residentes), y está en proceso de gentrificación, lamentablemente. Según nuestro amable guía, hay calles que son refugio de yupies y gente con posibles que quiere ser bohemia. Lo que suele pasar, vamos. En fin, el barrio destaca sobre todo por sus monumentales murales en callejones y exteriores de edificios - ver álbum aquí. Desde el Edificio de Mujeres (primeras fotos), hasta callejones, aparcamientos, patios de los colegios, farolas, postes de luz, aceras... Hay graffiti y murales por todos lados. Es impresionante.

Sólo mencionar también que hemos estado en un lugar maravilloso: el 826 de Valencia Street (en castellano aquí). Es un lugar que ayuda a los chavales con las habilidades de escritura, hace talleres, excursiones, etc... Como resulta que el ayuntamiento, para prestar estos servicios, exigía que fuese una tienda, hicieron una tienda de ... ¡¡¡¡piratas!!!! En fin, además de esto, están relacionados con la editorial/cosa Timothy McSweeney's, la revista The Believer (para los que conozcáis mis filias: 2 de los libros de N. Hornby son recopilación de artículos de aquí) y más cosas. Debería haber millones de sitios así en el mundo, de verdad.



Para el álbum de esta entrada: AQUÍ
Álbum de Jota: AQUÍ
Álbum de los murales del Mission District: AQUÍ

5 comentarios:

  1. Por lo que cuentas te lo estas pasando estupendamente y estas viendolo todo.
    Besos

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  2. Insisto....TRAETE A NOHA! jajajaja

    a pasarlo bien Jaime...jos que envidia!

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  3. De la entrada de hoy me quedo con la Mission de Paco de Achís... Vaya idea esa de meter a un oso borracho con un toro nativo... ESOS SÍ QUE ERAN BUENOS COLONOS...

    Buen blog Jaime, nos tienes a todos al día!

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  4. Anonimo (supongo que jefa): si, viendo todo de una manera... que nos vamos a acabar ya la ciudad!!!

    Nuri: I'll try my best, darling

    Fernando (Garrido?): Vamos, los colonos eran una gente mega-majeta, con un sentido del humor amplio y... diferente!

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  5. te estás haciendo un cronista de la ciudad ¡mira que si acabas de corresponsal! ya veo que hay poco interés por las otredades. ¿otra generación perdida para la causa?
    I.

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